¿Oxígeno? No, yo no pienso ser tu oxígeno.
Yo anhelo quitártelo, robarte respiros, arrancarte suspiros, romperle el ritmo a tu respiración, entrecortarla, acelerarla y durante muchos instantes detenerla...
Yo no pienso darte vida, yo quiero acompañarte a comprobar que estás viva.
Un blog dedicado a todas aquellas personas soñadoras, que no se conforman con nada, buscan un algo por que el que luchar, por el que seguir adelante, por el que despertar.
domingo, 29 de septiembre de 2013
martes, 3 de septiembre de 2013
Las 4 leyes de la vida.
Primera ley:
“La persona que llega es la persona correcta”, es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.
Segunda ley :
“Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido”. Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: “si hubiera hecho tal cosa hubiera sucedido tal otra…”. No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.
Tercera ley:
“Cualquier momento que comience es el momento correcto”. Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.
Cuarta ley:
“Cuando algo termina, termina”. Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.
Creo que no es casual que estén leyendo esto, si este texto llegó a nuestras vidas hoy; es porque estamos preparados para entender que ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado.
“La persona que llega es la persona correcta”, es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación.
Segunda ley :
“Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido”. Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el: “si hubiera hecho tal cosa hubiera sucedido tal otra…”. No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo.
Tercera ley:
“Cualquier momento que comience es el momento correcto”. Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará.
Cuarta ley:
“Cuando algo termina, termina”. Simplemente así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia.
Creo que no es casual que estén leyendo esto, si este texto llegó a nuestras vidas hoy; es porque estamos preparados para entender que ningún copo de nieve cae alguna vez en el lugar equivocado.
viernes, 30 de agosto de 2013
Que la sorpresa nos encuentre juntos.
Nunca tuvimos un término medio. Nos queríamos a morir o
matábamos por querernos. Me hiciste cruzar la línea que un día tú pintaste. Me
hiciste saltarme semáforos en rojo sabiendo las consecuencias. Sin embargo yo
puedo ser los viernes por la noche, y tú los domingos por la mañana. Puedo
quererte los días pares y tú a mí los impares. Yo seré quien ponga las normas y
tú quien se las salte. Yo puedo ser lo que tú quieras, tú ya eres lo que quise
yo.
viernes, 16 de agosto de 2013
A pesar de sus diferencias tenían algo importante en común: estaban locos el uno por el otro.
No eran la pareja perfecta. Discutían a menudo. Rara vez
estaban de acuerdo. Ni siquiera pegaban físicamente. Nadie apostaba por ellos.
Lo que los demás no sabían es que a él le encantaba el olor del pelo de su
chica, le encantaba hacerla sonreír cuando entristecía después de haber
discutido, le encantaba abrazarla cuando menos lo merecía, porque sabía que era
cuando más lo necesitaba, le encantaba la forma en que ella le mordía la oreja
para despertarlo los días que a él se le pegaban las sábanas, le encantaba cómo
el Sol se posaba sobre su pelo, le encantaba que ella se pintase las uñas de
azul, le encantaba que dejase la marca del pintalabios sobre su cuello. Tampoco
sabían que ella amaba los ojos profundos del chico, y esa forma de comerle con
la mirada, amaba cómo le mordía los labios a mitad de un beso, amaba la manera
en que él le acariciaba el pelo cuando ella apoyaba la cabeza sobre sus piernas,
le encantaba cómo sin hacer ruido se presentaba detrás de ella y la rodeaba con
aquellos brazos que ella tanto deseaba, amaba cada discusión porque sabía que
conllevaba una reconciliación, hasta él
se despertaba antes solo para verla dormir. Pero la gente que no ha querido de
esa manera a otra persona, no lo podía entender.
C12❤
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